Dinamizar el libro como agente entre bibliotecas, salas de lectura, centros culturales y espacios poco convencionales, con autores y comunidades lectoras en el Estado de Puebla, en espacios que convoquen al encuentro, la democratización del acceso a los libros y la lectura para garantizar el acceso a la cultura.
Promover el acceso al libro y la lectura, para el intercambio de experiencias y la adquisición de conocimientos que permitan valorar y reflexionar sobre la aportación de los libros, su presente y futuro en el Estado de Puebla.
La lectura es otra manera de aproximarnos al mundo, otra forma de adquirir experiencia. La escritora Irene Vallejo indica que, gracias “a la lectura, hemos desarrollado una anomalía llamada ‘ojos interiores’”. Mirar hacia adentro como si en esa acción algo sucediera, como si nos convirtiéramos en otros. En su libro Manifiesto por la lectura, Vallejo dice que “somos la única especie que explica el mundo con historias, que las desea, las añora y las usa para sanar”, por lo tanto, narrar y leer son formas de entender nuestro entorno.
La narración tiene en sus inicios prácticas que nos han hecho seres sociales; las historias siempre se han contado, basta con recordar la sobremesa en casa de los abuelos, o el hecho de ir a tomar un café con alguien para que inmediatamente surja una historia; la narración es un modo de intercambiar experiencias. Es así que todos tenemos la posibilidad de narrar sin importar la escolaridad o estatus socioeconómico, todos somos sujetos de historias, de su herencia y su creación. Durante este año 2024, niñas, niños, adultos mayores, familias, ambulantes, transeúntes, tendrán acceso a la creación de talleres de escritura creativa, en distintas regiones del estado de Puebla, más allá del epicentro de la capital y su área metropolitana.
Ofrecer espacios que propicien el encuentro con los libros, de forma cotidiana, acercará eventualmente, a los lectores a espacios seguros y donde podrán desarrollar su creatividad. No quiere decir que la experiencia se volcará de forma automática, frecuentar la lectura probablemente sea la que nos abra la puerta a ese mundo de las letras, es ahí donde el lector tiene la capacidad de atribuir a un objeto cierta legibilidad. Todos estamos invitados a ingresar a las páginas del libro, ahí donde es posible cobijarse por un tiempo y que, al salir de ese refugio, sea otro.
Este año, en Puebla, se decretó el “Año del libro y la lectura”, por ello es importante generar un acercamiento profundo con las bibliotecas, reafirmarlas como un agente vivo con actividades de fomento a la lectura que fortalezcan y reafirmen la identidad mediante procesos críticos y creativos, desde sus protagonistas para democratizar el acceso al libro, la lectura y la escritura.
Las bibliotecas públicas se convertirán en centros culturales de proximidad, espacios para interrelacionarse con la gente de sus comunidades, donde se diseñarán acciones que fomenten la lectura, la inclusión, la exploración entre diversos lenguajes artísticos, el juego, la memoria colectiva y la creatividad, fuera y dentro de la biblioteca. Todo ello, como eje rector para circular la palabra y potenciarla bajo el pretexto del libro.